martes, 17 de septiembre de 2013

Escape

1.-

Me silencio espiando a los demás.
Le doy respiro a mis pensamientos entrando en  momentos ajenos.
Me gusta verlos.
Si la desesperación arranca temprano y yo sin escape, soy capaz de ver siete películas seguidas.
. Una noche sin fecha, volví de mi rutina semanal y salí a tomar aire al  balcón que da a la calle y se ubica frente a otro edificio similar.
Me acuerdo de esa  noche, buscaba despabilarme y me encontré con una serendipia o una joven recostada en una cama.
La luz daba particularmente sobre esa ventana. La vista era espectacular.
Tenía el pelo suelto desparramado sobre las almohadas, el cuerpo desnudo laxo, las piernas recostadas y abiertas en forma de rombo, planta de pie tocaba planta de pie.Parecía alta.
El momento fué tan inesperado que no me pude soltar de la baranda de seguridad del balcón.
Tenía la lengua fuera de la boca y se movía lento, los espasmos se percibian desde mi balcón; dos dedos, uno de cada mano, se deslizaban en su entrepierna; cada tanto, uno de los dedos subía a su boca y lo degustaba despacio.
Esa fué mi primera vez.
Cuando espío, no pienso.