Te ví cuando
comprendí que no estabas.
No pude pensar,
me congelé en la pura ausencia que me significa todo esto.
Atravieso una muerte más y la dejo pasar. Las intenciones se
encierren en mi cuarto mientras duermo, lejos de toda posibilidad.
Tantas criaturas
y yo te veo en sueños. Un pantano que me succione con esa muerte lenta; la prefiero a verte. Una eternidad para esto y no hay pertenencia para mi intensidad. Desnuda
saltando océanos porque asumo la indiferencia de la pérdida y poco importa este
cuerpo lleno de intermitencias y deseos.
Una sirena me canta; no es consuelo, pero me
percibe en su ceguera..
Me convence su
canto de sumersión y las profundidades no me ahogan como tu presencia.
Soy sirena.
También he visto y desvisto...
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