El ojo aún titila, es fácil distinguir la vida. El destino interior, ah...
Una vocecita me susurra, me rindo, no tengo fuerzas ni para
explicar ni para correr... y la vocecita…
Una mujer de perfil perfecto
me dice algo que no logro entender pero le sonrio porque me gusta y se
va.
Quisiera que alguien me encuentre pero no hay nadie. Una
especie de muerte me alcanza, salgo al frío y revivo lo suficiente como para
ver que hay otros; muero de nuevo y no quiero volver de esto, me justifica..
La mujer de perfil perfecto reaparece pero me despista porque de frente no es perfecta: tiene
sólo un ojo y todo lo que piensa se ve en él. Me asusta pero me quedo…
Veo dedos transparentes y me pregunto en dónde estoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario